Insecticida
16.01.2020

La araña era tan grande que vació dos aerosoles de insecticida en toda la casa. Las inocentes hormigas pensaron que era una nueva extinción y se marcharon, las tigres iban tan lento que no alcanzaron a salir, las cucarachas se quedaron a contener (siempre tan confiadas desde que supieron que aguantarían un invierno nuclear) y las mariposas ni siquiera alcanzaron a nacer.
La araña era del rincón más oscuro. Vio cuando vaciaba las latas en su propia casa y quiso comprender por qué las mataba a todas si solo ella podría matarlo. Así que decidió no matarlo, sino dejarlo evolucionar.